jueves, 26 de febrero de 2015

El sueño del pibe

Patea, tira, marca, la sigue con los ojos, la agarra en el aire, patea de nuevo… pum, ¡Gol!. En la playa muchos niños que sueñan con ser Lugano, Suarez, Forlán o un Chino Recoba, juegan al fútbol y practican sus dotes que un día, alguien, entrajetado y de lentes fashion, los descubre. Empiezan la carrera. Lo asiste y llegan las promesas. Ése, es apenas el comienzo del viaje. Abandonan su pueblo, su barrio en el interior profundo, sus amigos, su familia,  se instalan en plena ciudad, a veces con familiares incluidos, que sueñan también con un buen futuro: Color de camiseta, clubes, que si es delantero o defensa o si ataja bien y ‘mira que sí le pones todo sos reconocido y te llevan a Europa’. Y las exigencias le pesan al chico, yendo de un lado a otro y entrenando más, más y más. Pero no es patear, tirar y hacer el gol. Muchos llegan a ser estrella, otros quedan por el camino y los sueños se desinflan como les pasa, a veces, a las pelotas.

Punta del Este. Maldonado, 2011.


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